Paso a paso (II) Fin de año en Bélgica y Alemania

¡Buenas noches!

Vuelvo a la carga con más aventuras de la beca. Y es que, claro, hay que ponerse al día si no quiero que se me olvide nada (por muy apuntado que lo tenga). El otro día se me olvidó comentar que en la barra de la derecha (del blog) he puesto dos "secciones" nuevas: Visitas (gente que ha venido a verme) y Próximas visitas (gente que ya tiene los vuelos). Por ahora hay poca gente en esas listas, pero bueno, hay en mente un par de visitas más... a ver si al final es posible.

Y después de esta pequeña "novedad", volvamos al lio... me había quedado en el 30 de diciembre. Era miércoles, así que, aunque era el cumpleaños de mi padre, le tocó ir a trabajar. Tres cuartos de lo mismo para Julio. Yo dediqué la mañana a terminar unos asuntillos que me llevaba entre manos, y pasé por casa de Laia para despedirme (aunque había estado allí dos días antes ayudando con la maleta y cenando). Como siempre, estando las dos juntas nos reimos un montón, hasta que a mí me dio un bajón de azúcar de los que hacen historia. Laia me cuidó muy bien, y como nos ha pasado un par de veces ya, le pegué el susto de su vida... lo siento melón.

El caso es que ese día Julio y yo nos íbamos por la tarde a Bélgica (en coche) y se venía a casa a comer. Mi madre bajó a por mí porque creían que no era capaz de coger el coche, y para liarla todavía más, teníamos que pedir la comida al chino (porque se nos había antojado a mi madre y a mí), era la hora de comer ya, y no lo habíamos hecho. Después de despedirme como tocaba de Laia y Mercè, bajé (mi madre me estaba esperando) y al ir a cruzar la calle nos encontramos con Julio. Después de un par de comentarios nos fuimos, y al poco rato llegó él a casa.

Al final, después de tanto lío, salió todo bien. Comimos a una hora bastante decente, y estuvimos terminando de planear (entre mi madre y yo) la hora a la que saldríamos y demás. Después de comer los mochuelos se fueron al olivo (es decir, mi padre al sofá y Julio a una de las camas de invitados) a hacer la siesta. Mi madre y yo preparamos los bocadillos, el café y demás cosas que nos íbamos a llevar. Mientras estaba terminando de cerrar la maleta y demás, timbraron, eran mis vecinos que se querían despedir de mí. Mi padre se despertó y estuvo de charreta... pero Julio había caido como un tronco y no se enteró de nada. Al final salimos sobre las seis y mucho, mis padres se fueron poco después a Alicante.

Pasamos brevemente por su casa otra vez, para despedirnos bien de sus padres. Y a partir de ahí se siguieron dos días llenos de kilómetros y algunas anécdotas. Teníamos por delante unos 1700 km, así que nos lo tomamos con calma. El primer día (el 30 por la tarde y la noche) salimos de España y nos adentramos bastante en Francia, paramos a cenar y seguimos un par de horas. Llegamos a un Aire (en Francia las estaciones de servicio se llaman así) y después de ir al servicio a ponernos un montón de capas nos medio tapamos con una manta y nos echamos a dormir (la mitad de la noche dormí destapada, la otra media la pasó él). Pasamos algo de frio, pero tampoco en exceso. Así que a la mañana siguiente nos pusimos en marcha.

Cruzando Francia de buena mañana

En algunos puntos del camino, en Francia, nos encontramos con niebla MUY densa, no se veía nada. En la foto superior se ven las nubes bajas... o quizás no, juraría más bien que es la niebla densa de la que estaba hablando, y sino mirad cuando nos adentramos en ella:

¡No se veía nada!

Después de muchas horas conduciendo, y tras pegar yo unos cuantos cabezazos porque no conseguía despertarme, paramos a tomar café y comer algo. Después de eso Julio me pidió que condujera yo un rato. En ningún momento nos habíamos encontrado con nieve ni nada parecido, así que accedí sin problemas.

Mientras conducía, pasamos por un peaje (uno de tantos) y cuando estaba saliendo, empezó a sonar una alarma, así que aceleré y dije "ya no me pillan, yu juuuu" Julio empezó a reirse y casi le da un chungo. Muy divertido. Seguí conduciendo y le pregunté a Julio si el GPS no nos iría a hacer pasar por París. Él me dijo que no, que justo antes nos desviábamos pero al final, el GPS hizo lo que le dio la gana ¡y nos metió por las rondas que pasan por París! por la parte más alejada del centro sí... ¡pero por París! ¿habéis intentado conducir en París? no os lo recomiendo. Es terrible.

En París ponen el intermitente y después no se lo piensan, aunque no haya hueco ¡se meten! creen que por poner el intermitente tienen todo el derecho del mundo a hacer eso... pero lo mejor no es eso, ni la extrema cantidad de coches que circulan por dentro y fuera de la ciudad, sino las motos. Eso sí que me hizo gracia, resulta que en París (sólo en esa ciudad, en el resto de Francia no) entre el carril de la izquierda y el siguiente (cuando la via es de tres carriles) las motos tienen su propio carril... ¿cómo? muy "sencillo" los del carril de la izquierda se pegan a la izquierda y los del centro a la derecha. Así que van todos jodidos por culpa de las motos, que encima, no es que los carriles sean demasiado anchos. Por suerte le pillé en seguida el truco a aquello y empecé a conducir como ellos. Eso sí, pa' chula yo... a las motos las puteaba yo. Me pitaron hasta cansarse, pero me dio igual.

Cuando conseguimos salir de París, y después de insultar un rato al GPS, volvimos a cambiarnos. A partir de ahí condujo Julio hasta Brujas. Llegamos con tiempo de sobra para cenar, fuimos al centro andando y cenamos en un Italiano muy bueno y muy barato.

Cerveza típica de Brujas que se pidió Julio en la cena

Después de cenar nos volvimos al hotel, porque además hacía un frio bastante interesante, nos duchamos y nos pusimos el pijama. Sí, el pijama. No nos fuimos a dormir, porque era pronto y no habíamos cambiado todavía de año, pero ni él se puso el traje para salir, ni yo el vestido que me había comprado y llevado. Estábamos tan rematadamente cansados que simplemente después de comernos las uvas caimos como las piedras.

Pero que nadie se preocupe, en junio tengo la cena de gala de final de carrera, a la que espero ir, así que todo controlado, ya tiene nueva función el vestido. Y es que, ¡fue tan barato!

Con un frio de morirse en la plaza :D
Brujas (01.01.10)

El día 1, con eso de ser Año Nuevo, no había muchos sitios abiertos. Pero como para ese día teníamos planeado recorrernos bien Brujas, no pasó nada. Cuando llegamos al comedor del hotel la dueña nos saludó (como todas las mañanas, desde ese momento) y nos ofreció una copa de champagne. Le dijimos que preferíamos zumo de naranja. Obviamente la mujer pensaría que íbamos a ir de resacón, y por eso la ofrecía. Nosotros no, pero todos los demás que fueron entrando en el comedor del hotel, todos decían que sí a la copa.

Foto que nos hizo una espontánea bastante zumbada.
Brujas (01.01.10)


Después de desayunar nos pusimos muchísimas capas y salimos a la calle. La verdad es que no se puede explicar cómo es Brujas. Tiene que ser una de las ciudades más bonitas de Europa... seguro. Sólo decir que me encantó, no hubo nada que no me gustara. Por supuesto hicimos muchísimas fotos. Unas "serias", y otras no tanto...

¡¡Seriedad la justa!! XD
Brujas (01.01.10)

Ese día encontramos una cadena de hamburgueserías a la que fuimos bastante, se llamaba "Quick" y a parte de ser barata, tenían una comida buenísima. Pasamos el día dando vueltas y viendo cosas. Por las noche caimos rendidos, eso sí, antes dejamos todo preparado para el día siguiente, que fuimos a Bruselas.


El sábado 2 de enero fue un día de lo más ajetreado. Llegamos a Bruselas en algo menos de dos horas. El GPS nos dejó muy cerca del Manneken Pis (en dialecto bruselense, 'niño que orina'), pagamos el aparcamiento para un par de horas (era como lo de la zona azul...) y fuimos a ver el centro.



Si Brujas me había gustado, Bruselas me dejó con la boca abierta. Es una gracn ciudad, y a la vez es un monumento en sí. Es impresionante.

Aunque ya era Año Nuevo, al fondo todavía se podía ver el gigantesco árbol de Navidad que tenían.
Bruselas (02.01.10)


Después de pasearnos (y hacer fotos) por la plaza, y los alrededores, empezamos a callejear en busca de la zona de restaurantes. Por el camino vimos tiendas de todo tipo, pero sobretodo, de cervezas, galletas y chocolate. Si es que estábamos en Bélgica, y se notaba. Nos paseamos por el Templo de la Cerveza, tomándonoslo con calma, y vimos una cantidad de cervezas distintas impresionante... había de todo tipo. De ahí, y bastante cansados de la caminata, fuimos a una calle llena de restaurantes.

Entramos en uno de ellos, que tenía pinta de MUY caro, cuando entramos, porque el chico de la puerta había sido muy majo. Comimos muy bien, y no fue tan caro como pensábamos. Como nos sentamos al lado de la ventana, veíamos como el chico que nos había atendido en la puerta no hacía más que entrar gente en el restaurante y llenarlo, mientras los de los otros restaurantes no conseguían nada. Fue divertido.

Después de comer nos dedicamos a buscar el Museo del Cómic, tras preguntar varias veces conseguimos encaminarnos bien, y por el camino encontramos algo bastante español...


Cuando lo vimos nos quedamos a cuadros. Una vez conseguimos llegar al museo, y ver los horarios y demás, hicimos un cambio radical en nuestros planes. Como no nos daba tiempo de ver el museo (y yo quería ver otro, a parte de ese, e ir a un par de sitios más) decidimos volver al día siguiente otra vez. Y como todavía teníamos tiempo, antes de volver a Brujas, pasaríamos por Gante.

Castillo de Gante (02.01.10)

Así que, una vez decidido todo, volvimos al coche (de camino pasamos por una librería y me compré un libro de recetas belgas, en inglés, lógicamente) y nos fuimos a Gante. Es otra ciudad con canales, así que tiene tanto encanto como Brujas, además de ser la ciudad universitaria por excelencia en esa zona. Cuando llegamos ya era más que de noche (y eso que no era muy tarde) así que sólo visitamos el castillo.

Después de nuestra fugaz visita a Gante, volvimos a Brujas. Dejamos un par de cosas en el hotel y nos fuimos paseando al centro a cenar. Cuando salimos me compré un chocolate calentito... y no veais qué bien. Volviendo al hotel pasamos junto a los canales, y nos dimos cuenta de que estaban empezando a congelarse... en ese momento, la única zona que no estaba congelada era la que estaba justo debajo de los puentes, donde se amontonaban los cisnes.

A oscuras, con mi chocolate calentito y el canal congelado...
Brujas (02.01.10)

Después de hacer esta última foto, nos fuimos corriendo al hotel. El día 3 de enero (domingo) lo volvimos a pasar en Bruselas. Fue el día de los museos, los cómics y el Art Nouveau (o Modernismo). Nos salió un día redondo. Como el día antes habíamos conseguido las direcciones exactas de los museos, y de los sitios que queríamos ver, gracias al GPS ahorramos mucho tiempo.

El primer sitio al que fuimos, fue al museo del cómic. El edificio que lo alberga fue en su momento un almacén diseñado por Víctor Horta, uno de los diseñadores y arquitectos más famosos e importantes del modernismo. Así que allí que nos fuimos.

Julio junto al cohete que llevaba a Tintín a la luna.
Museo del Cómic, Bruselas (03.01.10)

En el museo pudimos ver originales de más de cien cómics diferentes. Incluso vimos unas páginas de un cómic que iba sobre un ornitorrinco. Un sin fín de material relacionado con los cómics, y con su creación. Incluso había un zoótropo enorme, con la sombra de Lucky Luke en su caballo, estaba también la ropa de "Spirou" colgada en una percha, originales de "V de Vendetta", de "Bone", "Monster"...

Junto al zoótropo.
Museo del Cómic, Bruselas (03.01.10)

Fue especialmente gracioso cuando Julio vio los originales de "Bone" se puso hasta a saltar... estuvimos dando vueltas por el museo durante un par de horas. Al final, cuando ya lo habíamos visto todo cincuenta veces, y yo ya le había dado bastante por saco a Julio acerca del edificio y Víctor Horta, fuimos a la cafetería a tomarnos algo.

Y por fin probé una de las cosas más típicas de Bélgica...

Un waffel (gofre) au sucré, vamos... un gofre de azúcar de lo más tradicional.
Bruselas (03.01.10)

De ahí volvimos a coger el coche, le dijimos al GPS dónde queríamos ir y en un momentito llegamos a la casa-museo de Víctor Horta.

Fachada de la casa-museo de Víctor Horta.
Bruselas (03.01.10)

Dejaban entrar a grupos reducidos de gente, así que tuvimos que esperar un poco en la puerta. Cuando pudimos entrar, nos pidieron que dejáramos las chaquetas y demás en el guardarropía (que por cierto, era gratis) y nos dijeron que estaba prohibido hacer fotos. Dejé la cámara, el bolso y la chaqueta allí y empezamos a subir escaleras. Compramos las entradas y nos dedicamos a pasearnos por la casa, mientras yo le hacía de guía a Julio.

Como estaba prohibido hacer fotos, las hicimos. Bueno, las hizo Julio, con su móvil... así que tengo un par de fotos en el interior del museo.

El techo. Media bóveda de cristal.
Casa-museo de Víctor Horta. Bruselas (03.01.10)

Cuando terminamos de hacer toda la visita, que por cierto es impresionante... o por lo menos para mí que lo he estudiado y me encanta lo es, y antes de recoger nuestros abrigos, nos pasamos por la mini-tienda a ver qué había. Y aquello fue mi perdición, había infinidad de cosas y Julio tenía que ir detrás mía frenándome... porque sino me lo hubiera comprado todo. Al final, compré una postal para enviarle a Laia y dos libros (uno sobre Horta y otro sobre la joyería en el Modernismo), en inglés (lógicamente). Libros que encontrar en España es imposible, son demasiado específicos.

En el monumento a la Paz, en la parte alta de la ciudad.
Bruselas (03.01.10)

Después de esto comimos algo, y volvimos a la carga. Nos dimos un pequeño paseo hasta el monumento a la Paz, que estaba bastante cerca de donde comimos, y hicimos un montón de fotos. Tanto ahí como en el Palacio de Justicia, que estaba justo en frente. Además, como todo aquello estaba en una de las partes más altas de la ciudad, pudimos hacer unas fotos muy chulas, y ver toda la ciudad nevada.

Frente al Palacio de Justicia.
Bruselas (03.01.10)

Después de estar un buen rato por ahí volvimos a coger el coche, visitamos el Hotel Tassel y el Old England - el museo de la música - (ambos, también, de Víctor Horta). Aunque estos dos últimos edificios los vimos desde fuera, el primero porque ahora pertenece a una firma de abogados y no se puede visitar, y el segundo porque no nos daba tiempo. De todas formas si poneis en Google images "Hotel Tassel" o "Maison Tassel" salen muchas fotos de su interior.

Fachada del Hotel Tassel de Víctor Horta.
Bruselas (03.01.10)

De ahí volvimos a Brujas, al día siguiente teníamos que irnos y todavía teníamos las maletas sin recoger y demás cosas por ahí. Así que volvimos, cenamos, dejamos todo arreglado y nos fuimos a dormir.

Saliendo de Brujas en coche. Los canales, más que congelados :)
(04.01.10)


El lunes (04 de enero) fue un día de kilómetros, se suponía que teníamos que venir hasta Krakow, pero como eran demasiados kilómetros para hacer de una sentada dimos un pequeño rodeo y dividimos la vuelta en dos días. Así que, como nunca había visto el sitio donde nací, Julio decidió que haríamos noche en Villingen Schwenningen (Alemania) y así podría verlo.

Ese día, como ya he dicho, fue un día de kilómetros. Conduje un rato para que Julio descansara y no tuvimos ningún tipo de problema en todo el camino. Eso sí, vi algo bastante gracioso en un par de sitios (ya en Alemania)...

Un árbol de Navidad en la parte más alta de una grua xD
(04.01.10)


A parte de eso, poca novedad en el camino, muchos kilómetros y por lo tanto muchas horas hablando. Cuando llegamos entramos el coche en el centro de la ciudad, aparcamos junto al hotel y nos dieron un papelito para que no nos multaran mientras metíamos las maletas en la habitación. Después de cambiar el coche de sitio, y dejarlo bien aparcado hasta la mañana siguiente, fuimos a cenar. Como era "tarde" nos costó un poco encontrar un sitio para cenar, pero lo conseguimos. Después volvimos al hotel y nos fuimos directitos a dormir.

En una de las calles principales, de buena mañana.
Villingen (05.01.10)

Al día siguiente, martes 05 de enero, nos levantamos pronto para poder ver un poco la ciudad antes de irnos. Hicimos muchas fotos, y vimos bastante más de lo que pensábamos iba a darnos tiempo.

Con el DNI bajo el cartel que señala a San Georgen, donde vivían mis padres cuando yo nací.
Villingen (05.01.10)


Esa noche había nevado muchísimo, así que al final no pudimos ir a San Georgen, que era donde vivían mis padres cuando yo nací. De todas formas, nos hacía ilusión ver el hospital donde había nacido, así que le pregunté (justo antes de irnos) a la recepcionista del hotel dónde estaba y más o menos me lo indicó. Al final no tuvimos muchos problemas para encontrarlo, y guiándonos más por intuición que por otra cosa, nos hicimos una foto delante de lo que pensábamos era maternidad.

Después de ver esta foto, y unas cuantas más que hicimos por allí, mis padres nos dijeron que efectivamente habíamos acertado. Donde tenemos las fotos, era maternidad cuando yo nací.

Después de esa última parada nos subimos al coche y vinimos hasta Krakow. Antes de llegar al piso paramos a cenar, en cuanto llegamos caimos rendidos, habíamos hecho muchos más kilómetros que el día anterior. Como aquel que dice, llevábamos dos días metidos en el coche. Pero habían sido dos días muy divertidos.

Por fin estábamos en Krakow, otra vez. Lógicamente el día siguiente lo pasamos dormitando y ganseando, como era miércoles yo no tenía clase, así que no hicimos nada en especial. Pero bueno, nuestra llegada a Krakow es otra historia.

¿Y por ahí, cómo va todo? espero que muy bien, gracias por leer, si has llegado hasta aquí es porque te aburres mucho, o porque me quieres mucho. Si es lo primero, espero que te hayas divertido leyendo, si es lo segundo... gracias.

Un abrazo,
Iria

Paso a paso (I) Navidades en España

¡Buenos días!

¿Qué tal todo? espero que muy bien, el tiempo acompañe y todas esas cosillas que sé que llevais la mar de controladas. Por aquí, a estas alturas, hace un frio que pela. Hace dos días a las diez de la mañana estábamos a -19º así que cuando esa tarde tuve que ir a clase - y como dije en facebook - ¡casi me quedo polo! jeje, no pasa nada, me puse mil capas cual cebolla.

En mi última entrada me despedía porque me iba de vacaciones a casa (algo que, a día de hoy, sigue pareciéndome muy extraño...) y las (casi) dos semanas que estuve allí ¡no paré! pero bueno... como dice la entrada "paso a paso". Empecemos por el principio.

Después de apagar el ordenador, tras haber subido la última entrada al blog, terminé de arreglar un par de cosas y lo dejé todo listo para irme. Me metí en las cama a las doce y algo de la noche... algo que no suele ser muy tarde para mí, normalmente, pero claro... ese día me tenía que levantar a las dos de la mañana. Así que no dormí ni dos horas. El caso es que sonó el despertador, le metí un manotazo y me levanté. Mamá, que sepas que el despertador ha salido bueno... porque le meto cada golpe.

Me lavé la cara, me peiné y adecenté un poco la cara (no era cuestión de que la gente de los aeropuertos me hablara durante el día y yo tuviera cara de muerto). A la hora prevista, o mejor dicho, diez minutos antes, yo ya estaba lista. Y el taxista también. Quería haber ido al aeropuerto en autobús o tren, pero a las horas a las que salía mi avión no había ni lo uno, ni lo otro.

A partir de ahí el viaje fue todo bien, muy cansado porque fueron muchas horas de aeropuertos y vuelos, pero bien. La anécdota, o anécdotas, fueron sobre todo dos en Praga (donde hacía escala). Primero con los ingleses, que por el temporal de nieve les habían cancelado muchos (o casi todos) los vuelos... tenían una liada en el aeropuerto. Aluciné, nunca había visto a tanto inglés liándola a la vez. Un show. La segunda fue ya con unos catalanes.

Mi vuelo me dejaba en Barcelona, y en Praga había muchísima gente mayor de Cataluña que había ido de viaje. Me senté con ellos a esperar a que abrieran la puerta de embarque (después de hacer varias horas de espera entre un vuelo y otro), cuando una mujer empezó a hablarme en catalán, me preguntó si la entendía (porque ella creía que sí) y yo le di la razón. Así que la mujer estuvo hablando un buen rato, se sentó más gente con nosotros y estuvieron de charreta. Hasta que me empezaron a preguntar cosas y yo... les contesté en inglés. Se quedaron todos mirándome sin entender nada y a mí me entró la risa. Les conté que llevaba cuatro meses estudiando fuera en inglés y que no me había dado cuenta... fue muy divertido.

Después de un vuelo de más de dos horas, de esperar la maleta (que no salía la condenada) y cruzarme toooooooda la terminal nueva de Barcelona, conseguí salir y estaba Julio esperándome. Después de los saltos y saludos iniciales le di mi maleta y lo primero que le dije fue "mi coca en sal". Mi madre me había prometido que me iba a mandar una, y yo la quería (la "comida" del avión había sido un asco y no había comido nada). Como Julio tenía que ir al wc, fuimos a buscarlo... entre que salí por la puerta y Julio fue al wc ¡me dio tiempo de comerme la coca entera! después de eso fuimos al coche, cargamos la maleta y ale... a seguir haciendo kilómetros. Todo genial, salvo un atasco cuando casi habíamos llegado.

Julio se quedó a cenar conmigo, mi madre y mi hermano. Mi padre esa noche tenía cena de empresa. Fue una risa, ¡y comimos castañas! luego no me podía ni mover. Al día siguiente (19 de diciembre) mi prima Raquel competía en Valencia, así que después de pasar toda la mañana con mi madre, Julio pasó a por nosotras y nos fuimos a ver a Raquel. Cafés varios, risas y un montón de anécdotas. A parte de ver un partido de waterpolo masculino donde vimos un montón de peleas y golpes.

Esa noche Julio y yo cenamos en Pizza Marzano, Laia pensaba que no nos íbamos a ver hasta el domingo, pero nosotros ya teníamos pensada aquella cena desde hacía por lo menos un mes. Fue MUY divertido, ver a Laia lanzarlo todo y venir corriendo a tirarse encima mio. Cuando nos estábamos acercando ya a la mesa donde nos íbamos a sentar apareció Isabel (la mejor jefa del mundo) y me pegó un grito que se quedó media sala mirando. La cena fue un no parar.

Tal y como Laia pensaba, el domingo (20 de enero) quedamos ella, Estefi y yo, nos tomamos algo en Moncada y nos pasamos la tarde desbarrando. Grandes momentos. Cuando íbamos hacia el coche de Estefi (porque tenían que subir a mi casa a coger una cosa que necesitaba Laia) Fernando y Ana, dos amigos, nos vieron desde una cafetería y salieron a saludar. Fue el fin de semana de los reencuentros. Esa tarde teníamos intención de ir a ver Avatar, pero fue (literalmente) imposible, a día de hoy sigue siendo una odisea encontrar entradas en Valencia para ver la película. Así que lo dejamos para intentarlo otro día.

Los días siguientes fueron todavía más moviditos. Aunque lo tenía todo "programado" y pensado, no dejó de ser un lio. El lunes (21 de diciembre), tuve que ir a la analítica por la mañana. Cuando salí del hospital me fui volando a la universidad, me encontré con Patri, Lucía y Clara y fui a una hora de "Historia de la música a partir de 1900". Cuando el profesor me vio entrar por la puerta se le quedó la cara a cuadros. Obviamente, nadie me esperaba allí. Después de esa hora nos fuimos a la cafetería y nos pusimos al día de mil cosas. Además de organizar unas cuantas más. Lástima no haber podido quedar con ellas más, pero me lo pasé en grande y por lo menos pude verlas.

Si con eso no hubiera tenido poco, volví a casa para comer, y a las 16.30 volvía a estar en Valencia porque me tenía que hacer las fotos de la Orla. Ahí volvió a pasarme algo gracioso. Las chicas teníamos que ir con camisa blanca, sin escote, y poco maquillaje. Como ir con camisa blanca me parecía "soso" para ir por la calle, me puse un cinturón negro debajo del pecho y una corbata (que le había robado a Julio) negra muy finita. Cuando llegué el hombre me dijo si quería hacerme la foto con corbata (yo tenía intención de quitármela), así que le respondí que me la iba a quitar. Él me dijo que los chicos se la estaban haciendo con corbata, pero que si me la hacía así sería la única chica de la Orla que lo hiciera... yo no sé para qué dijo nada. En la Orla, salgo con corbata. Cuando tenga la foto, la subiré.

Cuando terminó todo salí corriendo hacia Daniel (en Alboraia) porque había quedado con varios amigos, después de más de una hora esperando de pie y sin moverme de la puerta (porque contrariamente a lo que ponía en la web, estaba cerrado) apareció Jorge. Como no nos hicimos con nadie, y el único que dio señales de vida fue para decir que no podía venir. Nos fuimos a otro sitio a tomar algo. Fue una tarde MUY divertida, pero es que con Jorge siempre lo son. Donde nos sentamos tardaban en traernos la carta, así que me levanté a por ellas y a avisarles de que estábamos allí (por si no nos habían visto) y al volver hacia donde estaba Jorge, otra mesa me confundió con la gerente y me pidieron que les tomara nota. Fue una gracia ver cómo se ponían rojos de vergüenza cuando les dije que yo no trabajaba allí. Poco antes de que tuviera que irme vinieron también Javi, Llorch y Mai.

Pude estar con ellos muy poco porque a las 21.00 tenía otra cita, Julio (que había llegado al mismo tiempo que Javi) y yo cogimos el coche y nos volvimos a ir hacia la ciudad (de Valencia, me refiero). Habíamos quedado con Paula y Paco, con quienes cenamos (en una Bierwinkel) y lo pasamos muy bien. Cuando nos íbamos a ir, vimos a Jose (a.k.a Kuro), a quien hacía siglos que no veía.

Foto a la salida de la Bierwinkel (de izq. a der. arriba) Julio, Jose y Paco. Abajo, Paula (descojonándose) y yo (meándome de la risa).

El martes (22 de diciembre), era el sorteo del Gordo de Navidad, pero como todos los años, como no juego, sigo siendo igual de pobre... a mis padres tampoco les tocó nada. Ese día volví a levantarme pronto, tenía revisión en Endocrinología (donde me llevan lo de la diabetes) y en Maternidad (donde llevan mi embarazo... jaja, es broma, donde me llevan el tema de las hormonas) y mi madre me acompañó. Lo que significa que terminamos en el bar almorzando con unos señores cafés después de horas de médicos. Todo bien.

Ese día era el cumpleaños de Merche (la madre de Laia y Julio), así que por la noche tenía cena. Pero antes de eso, como si fuera sobrada de tiempo, prometí acompañar a Merche y a Julio a mirar lo de las cocinas para las casas nuevas. Así que nos pasamos toda la tarde con eso, llegamos tarde a casa y tuvimos que ponernos los tres como locos a terminar la cena mientras los demás ponían la mesa. Para qué negarlo, fue MUY divertido, y comí muchísimo... pero muchísimo de verdad.

La familia Lleonart i Crespo, y una servidora entre los dos Julios y Tara (que intentaba meter la pata encima del 56)

Por si no hubiera suficiente con las fotos "normales" de los cumpleaños, a Laia y a mí nos dio por hacer caras... y claro, al final quedaron un montón de fotos como ésta:

Con nosotras las risas y el show están asegurados :D

Al final llegué a las tantas a casa, y Laia no durmió, tenía que terminar un trabajo para el día siguiente. Día (23 de diciembre) que no me quedé, para nada, en casa. Era el día de chicas, y no paramos. Laia, Estefi y yo quedamos a primerísima hora de la mañana porque teníamos infinidad de cosas que hacer, además, ellas tenían que entregar el trabajo. Así que nos fuimos las tres a su universidad. Mientras Estefi gritaba (y casi lloraba) por culpa de su trabajo y de la profesora, Laia me hizo una sesión de fotos que utilizará para unos trabajos de clase, para su portfolio (que es como su tarjeta de presentación como artista) y que yo también utilicé para un regalo.

"Iria" by Laia (23 de diciembre de 2009)

No las he subido a facebook todas, pero es que hay más de 500 fotos. Si alguien quiere ver una muestra de unas 32 fotos, que se pase por mi facebook aquí os dejo tres ejemplos de las fotos.


"Iria" by Laia (23 de diciembre de 2009)

"Iria" by Estefi (23 de diciembre de 2009)

Después de toda la mañana trabajando las tres sin parar, además de no parar de grabar cosas en video a ratos, nos fuimos corriendo al centro. Habíamos quedado con Laura y Clara para comer en el restaurante japonés. Clara y yo estuvimos toda la comida peleándonos con los palillos, y estuve todo el rato quitándole cosas del plato. A parte, nos pusimos hasta arriba de sushi... nos reimos mucho. Y también hicimos muchas fotos haciendo caras...

Clara, una servidora y Laia (de izq. a der.) en una de las pocas fotos donde no ponemos caras...
bueno, Laia un poco :P

Cuando terminamos de comer, y nos lo tomamos con calma, nos fuimos a pasear, de tiendas y a mil sitios. Tengo que decir que yo iba con una bolsa enorme llena de la ropa de la sesión de fotos, y mi portátil. Además, Laia y Estefi no habían dormido... así que Laia (sobretodo) iba a base de cafés cada poco rato.

Estefi y Laura (de izq. a der.) intentando no poner caras, después de comer.

Poco a poco nos fuimos separando, primero perdimos por el camino a Estefi, después de comer, porque tenía cosas que hacer y había quedado con su familia (creo recordar que tenía un cumpleaños importante...). Después Laura se fue porque había quedado para ver a PG que había vuelto hacía poco de Bélgica, donde está de Erasmus. Tuvimos suerte y pudimos quedar los dos grupos, así que también vi a PG unos minutos. Al final nos quedamos Clara, Laia y yo, hasta que no pudimos más y nos fuimos a casa, terminando de grabar un video la mar de delirante mientras esperábamos el metro.

Los días 24 y 25 eran días de estar con la familia, cenamos en Nochebuena en casa de mi abuela, y en Navidad comimos allí también. Como por la noche tenía libre, Julio y yo nos fuimos a casa de Yuri a cenar, después vimos en su cine (no, no es un home cinema, de verdad tiene un cine con butacas, pantalla y proyectores en casa) "El gran dictador".

Chaplin dirigiendo y protagonizando la película

Además de ver la película pude ver el museo que tiene Yuri de cámaras y proyectores de cine. Es impresionante. Así como gran parte de lo que tiene para hacer reconstrucciones históricas. Tuvimos que hacernos bastante kilómetros en coche, pero valió mucho la pena.

Ese sábado (26 de diciembre), me pasé el día en casa descansando y pasando todo el tiempo que pude con mi familia. Por la noche volví a salir (si es que no paré) porque habíamos quedado en casa de Fernando para cenar. Así que, otra vez, cogimos el coche y nos plantamos todos en casa de Fernando: Julio, Sento, Ana, Begoña y yo. Julio hizo la cena y los demás incordiamos un poco mientras poníamos la mesa. Como siempre que nos juntamos, nos reimos muchísimo y contamos las mil y una batallas.

Después de cenar teníamos intención de salir de fiesta y liarla, pero entre unos y otros terminamos a las tantas de la noche jugando al "Uno" mientras seguíamos haciendo el tonto.

Sento, Julio, una servidora, Begoña, Fernando y Ana (de izq. a der.) después de cenar y tras muchas partidas de "Uno"

Al final no salimos, pero no pudimos pasárnoslo mejor. Llegué relativamente pronto a casa, y es que no me encontraba muy bien del estómago. El cambio de agua, pasar de comer poco a comer mucho y las cenas, más que pesadas, de Navidad estaban empezando a pasarme factura. Así que a la mañana siguiente me levanté y me encontré con que mi primo Jaime, y un amigo suyo (Alex) habían salido la noche antes de fiesta por Valencia y habían terminado durmiendo en casa (viven en Alicante) y se quedaban a comer.

Mientras comíamos salió en conversación ir a ver Avatar, porque Alex la había visto (pero sin 3D) así que a mi padre y a mí se nos metió en la cabeza ir a verla (porque sino ya, a mí no me daba tiempo de verla) y terminamos esa noche él, Julio y yo en el cine. Fue muy gracioso vernos a mi padre y a mí esquivar cosas que salían volando durante las explosiones, o a mi padre intentando apartar a los mosquitos (que se veían en 3D como si los tuvieras alrededor). Lo único malo es que Laia no pudo venir porque trabajaba.

El lunes (28 de diciembre) estuve de compras con mi madre, me compré a la primera todo lo que iba buscando: unas botas buenas para el invierno, unas zapatillas de deporte nuevas, y leggis. Increible, después de un café (lógicamente) lo encontramos todo, nos tomamos otro para celebrar las compras y volvimos a casa para la hora de comer. Esa tarde bajé a casa de Julio, pasó a por mí después de trabajar, y le ayudé a hacer la maleta (una, que hace milagros, os lo aseguro). Como se nos hizo tarde, me quedé a cenar con él, Laia, Mercè y Merche.

Al dia siguientetuve que hacer los mil viajes, despedirme de mis familiares, comprar un montón de cosas con mi madre (tengo la nevera llena de jamón -también gracias a mi tía Elo-, chorizo, lomo...). Así que paré más bien poco en casa...

Así que ésas fueron mis "relajantes" vacaciones de Navidad. Y por las que tengo que darles las gracias a quienes hicieron huecos en las agendas para verme. Muchas gracias, de verdad. Aunque no queda todo ahí... el 30 era el cumpleaños de mi padre, y además nos íbamos de viaje de fin de año.

Pero eso mejor lo cuento mañana, o si puedo, esta noche... Paso a paso (II) Fin de año en Bélgica y Alemania. Si has sido capaz de leer todo esto, Felicidades :D

Espero que por ahí todo vaya bien, un abrazo enorme.
Iria

PS. Tengo que editarme: se me ha olvidado comentar que el lunes 28 de diciembre, el plan inicial era que Julio pasara a por mí después de trabajar, pero al final no fue así. Decidimos, casi en el último momento ir al cine esa tarde Laia, Clara y yo. No había visto Luna Nueva y quería verla con ellas... cuando llegamos, no la hacían (pese a lo que ponía en la web) así que pasamos toda la tarde dando vueltas y demás. Fue una tarde de lo más productiva, al volver a casa de Laia fue cuando nos pusimos con la maleta y demás :)

PS2. Gracias a Clara, que se ha dado cuenta de que faltaba algo y me ha dejado un comentario :)

Aviso ¡¡Uwaga!!

¡¡Buenas noches!!

No, no me he olvidado de esto... y sí, lo tengo todo apuntado por ahí para no olvidarme de nada :p pero entre unas cosas y otras tardaré un poco en actualizar. Primero tengo que ponerme al dia con todas las fotos que he hecho en "vacaciones", en breve todas ellas en Facebook (como siempre) bien ordenaditas y con sus comentarios. Y en cuanto lo tenga, actualizaciones varias aquí para ponerme al día.

Estén atentos a sus mails y demás jeje. Un abrazo a todos.

Iria